por Ivo Gavranovich
Tenemos muchas creencias negativas que nos limitan con respecto a la abundancia. Es un conflicto en nuestro interior de dos fuerzas opuestas. Ya que por un lado queremos tener abundancia de amor, de salud, de dinero, de buenos resultados en el trabajo, etc. Sin embargo, por otro lado, pensamos que no merecemos ese beneficio del universo porque no somos lo suficientemente buenos o porque creemos que, por alguna razón, eso es malo para nosotros.“El universo siempre está oyendo tus peticiones” ¡SOLO PIDE Y RECIBIRÁS! Dice la Ley de Atracción.
El problema se genera cuando envías mensajes confusos al universo, por un lado deseas lo bueno, pero por otro, lo repugnas. El universo no valida estos mensajes porque no los entiende y en consecuencia te responde negativamente.
Tomemos el ejemplo de la abundancia de dinero. Por un lado deseamos tener dinero, ya que nos permite comer bien, comprarnos la ropa que nos gusta, divertirnos viajando por el mundo, estar de fiesta en fiesta, comprarnos la casa de nuestros sueños, el auto, etc. Pero por otro lado, y casi sin darnos cuenta, pensamos mal y odiamos al dinero. Lo odiamos cada vez que pensamos que el dinero es sucio, que los ricos son malos y ambiciosos, que el dinero es la causa de los males en las familias, que los ricos cada vez tienen más y los pobres cada vez menos. No lo deseamos cuando tenemos miedo a ser ricos porque pensamos que eso exige mucho trabajo y conocimientos. Nos hace daño cuando sentimos envidia porque alguien tiene dinero y nosotros no. Incluso hasta llegamos a pensar que no somos dignos de tener riqueza porque somos mediocres en todo lo que hacemos y nos merecemos el letargo económico en el que estamos inmersos. ¡Qué horror!
Desafortunadamente estas creencias negativas existen porque han sido instaladas en nuestro subconsciente desde muy pequeños por nuestros padres, nuestros profesores, amigos, la televisión, y todo el medio que nos rodea en general. Involuntariamente o no, eso ya no importa ahora. Lo que importa es que el daño está hecho y la buena noticia es que podemos revertir esa situación. Seguro que recuerdas más de una película donde te muestran al pobre como la parte buena, el honesto y trabajador y al rico como el tirano, el injusto, el malo de la película, ¿no? Para poner fin a este círculo vicioso, te recomiendo que cuides tu lenguaje cuando te diriges a tus hijos y a los demás en general, para no inculcar estas creencias negativas que no hacen otra cosa más que limitar a los seres humanos.
El dinero es sólo papel, por lo tanto, no puede ser ni bueno, ni malo. En realidad, el valor del dinero se lo da uno mismo dependiendo en la manera que lo usa. Si lo usas ecológicamente, es decir, sin causar daño al medio que te rodea –seres humanos y resto de la naturaleza- y también lo usas para ayudar a los demás, entonces el dinero es bueno.
La abundancia está alojada en tu interior, lo que tienes que hacer es desbloquearla para que fluya, como único mensaje, al exterior. De esta manera el universo te responde correspondientemente y no se confunde con mensajes contradictorios.
La única persona en el planeta que puede hacer que tus deseos se cumplan, eres tú mismo, nadie más tiene ese poder.
Por la Ley de Atracción del universo, atraes todo aquello en lo que te concentras, sea bueno o malo. Por ejemplo: Atraes todo lo que temes. Atraes todas las bondades de aquello que agradeces. Atraes gordura, si maldices tu mala figura. Atraes todo de lo que te quejas. Atraes dinero, si piensas que el dinero es bueno y te lo mereces. Atraes salud, si crees que eres más fuerte que tu enfermedad y que tienes mucha vida por delante. Atraes soledad, si tienes miedo a quedarte soltera. Atraes a tu pareja soñada, si aprendes a imaginarte gozando la vida con ella o él. En resumen, cuando te sientes bien, atraes cosas positivas del universo. Por el contrario, cuando te sientes mal, atraes cosas negativas.
Además, debes concentrarte en lo que “deseas”, no en lo que “no deseas”. Esto es debido a que el universo no entiende la palabra “no”, ya que funciona sobre la base de la atracción no de la repulsión. Es algo así como pretender desafiar la ley de la gravedad, esperando que una piedra que sueltas desde lo alto de un edificio, se vaya hacia arriba en vez de que caiga hacia abajo.
El universo es abundante. El universo tiene suficiente para todos, es infinito, tiene recursos inagotables. Además, ya que tú formas parte del universo, entonces también tienes abundancia en tu interior.
Como vez, estamos soportados por el universo. Cree en eso y estarás empezando a eliminar la resistencia para generar abundancia. Es una resistencia mental que la tienes fuertemente anclada desde muy pequeño en tu subconsciente. ¡Libérate! ¡Desbloquea la abundancia que tienes en tu interior!
A continuación te voy a presentar algunos ejercicios que te ayudarán a hacer eso.
Ejercicio A: Para cambiar creencias que te limitan
1. En una columna escribe todas las creencias que tú tienes sobre amor, dinero, salud, sobre tus relaciones interpersonales, sobre la gente rica, sobre tus jefes en el trabajo, sobre tu trabajo, sobre tu figura física, sobre lo que quieras. Escoge tema por tema o puedes juntar más de un tema al mismo tiempo.
2. En la columna al costado derecho, escribe exactamente el opuesto de la declaración que haz escrito en la primera columna. A este nivel, no importa si esta nueva declaración la crees o no, simplemente escríbela.
3. Lee lo que escribiste en la columna izquierda y piensa con sinceridad en cómo te han afectado negativamente, una por una, estas creencias en tu vida. Si no encuentras ninguna situación negativa, quiere decir que probablemente es una buena instalación y en consecuencia la debes mantener.
4. Dite a ti mismo, aun cuando creo que estos pensamientos representan la realidad, son sólo creencias que las puedo cambiar cuando yo decida. Por lo tanto, estas creencias representan solamente aquello que he aprendido alguna vez y no serán parte de mi anatomía nunca más, ya que no me ayudan a conseguir lo que deseo.
5. Ahora, lee las declaraciones que haz escrito en la columna derecha. Vuélvelas a leer. Léelas muchas veces y al mismo tiempo te tocas el pecho o con el dedo apuntas y te tocas la cabeza. Léelas tantas veces hasta que sientas que te las empiezas a creer. Eso es un buen síntoma. Sigue haciéndolo hasta que te las creas por completo.
Continúa instalándote creencias que te ayudan y descarta aquellas que te limitan.
Ejercicio B: Para liberarte del sentimiento de escasez
Realiza ciertas actividades que, por pequeñas que sean, te van ayudando a eliminar ese sentimiento de ajuste cuando se trata de usar tus recursos, por ejemplo:
1. Regala dinero a los mendigos de la calle. Deja más propina en los restaurantes de la que normalmente estás acostumbrado.
2. Date gustos sin ese sentimiento de culpa. Cómprate productos de mayor costo de los que estás acostumbrado.
3. De vez en cuando, anda a un restaurante y ordena el plato que nunca habías ordenado antes porque consideras que es muy costoso.
4. Cuando tienes la posibilidad de escoger un producto, escoge el que siempre haz deseado, no importa si después lo tienes que pagar o devolver el favor. Por supuesto, sé realista al evaluar tu potencial actual y futuro.
Ejercicio C: Para crear una mente de abundancia y confianza en ti mismo
1. Escribe tus metas a corto plazo. Metas para mejorar la salud, o para mejorar tu estado financiero, o para mejorar tus relaciones con tu familia y amigos, o para bajar de peso, o para dejar de fumar, etc. Instálate la idea que tú puedes crear abundancia, no mediocridad. Escribe y juega tus metas a ganador. Asegúrate que estas metas se puedan cumplir en el corto tiempo y cada vez que consigues una de ellas, lo celebras con tu familia y amigos. Luego vas por el siguiente escalón.
2. Escribe una cifra grandiosa de dinero que te gustaría poseer. No importa si esta cifra es astronómica. Imagínate que la tienes. Imagínate cómo sería tu vida con esa cifra de dinero en tu cuenta bancaria. Pásate una película en tu mente y ponle sub-modalidades; es decir, si te imaginas en un yate en alta mar, siente el olor del mar, el sonido de las olas y gaviotas, la brisa del aire que te roza la cara. Imagínate eso, y métete la idea de que lo puedes conseguir. Respira hondo y vuélvelo a hacer.
Ejercicio D: Para responsabilizarte de tu realidad
No culpes a otros por tu mal desempeño, no justifiques tus errores, no te quejes de tu realidad, esos son hábitos destructivos. Repítete a ti mismo varias veces y tocándote el pecho: “Yo soy responsable de mi realidad”, “Yo voy creando mi vida con mis pensamientos”, “Yo puedo tener abundancia, si lo deseo.”
Ejercicio E: Para aprender a agradecer
1. Haz una lista de las cosas de la naturaleza por las que estás agradecido, es muy fácil encontrarlas. Por ejemplo: agua, aire, árboles, tu mascota, el paisaje que miras por la ventana de tu casa.
2. Haz una lista de personas por las que agradeces que estén en tu entorno. Empieza por lo más fácil, es decir, por las personas que quieres más, las que están dentro de tu familia. Luego, incluye en la lista a tus amigos, los compañeros de trabajo, tus vecinos. Finalmente, incluye en la lista a aquellas personas con las que tienes una relación áspera de conflicto. Agradece por todas estas personas. Incluso siéntete agradecido por aquellas que crees que te odian, si no encuentras nada positivo en ellas, busca al menos la intención positiva de su actitud, y si aún no la encuentras, inventa algo y te imaginas lo tienen. La idea es que te acostumbres a agradecer por todo.
3. Cualquier dinero que te encuentres en la calle, recógelo y agradece al universo por habértelo regalado. Aunque la cantidad sea muy pequeña, eso no importa, lo que realmente importa es que estás creando en ti un imán para el dinero. Recuerda, todo lo que agradeces, lo estás atrayendo.
Ejercicio D: Para aprender a encontrar lo positivo dentro de lo negativo
1. Escribe una circunstancia negativa que te sucedió en el pasado. Por ejemplo: te chocaron el auto recién comprado.
2. Usa tu imaginación para encontrar la lección de enseñanza que te ha dado la vida en esa circunstancia. Por ejemplo: No obtienes nada odiando a la persona que chocó tu auto. Por lo tanto, lo mejor que haces es perdonarla. También deberías aprender a tener más cuidado al manejar, a lo mejor tú también tuviste parte de la culpa.
3. Buscar algo por lo cual debes agradecer y declararlo en voz alta. Siguiendo el mismo ejemplo, podrías estar agradecido que no tuviste ningún daño personal en el accidente. También podría ser que la compañía de seguros del auto, te devolvió los gastos o hasta inclusive el auto quedó mejor que antes; por lo cual también debes agradecer.
Te deseo buena suerte en el intento por liberar la abundancia que existe en tu interior. No olvides que todo esto lo debes hacer en un estado de felicidad. La felicidad es el principio, no la meta.